Me defino a mí misma como una persona cálida y sociable que busca la luz, el color, la belleza. El amarillo es un color luminoso y ardiente, el naranja es amistoso, invita a pasar, y el rojo es apasionado. Eso es lo que quiero transmitir en el Club: calidez, amistad y amor por lo que uno hace.
Por supuesto no podía faltar un elemento animal, cercano, simpático. Las ovejas son mulliditas, bellas, gorditas, y es un primor verlas pastar en una pradera. Por lo menos para mí. Desgraciadamente, cada vez se ven menos animales al aire libre porque la situación del nuevo siglo los ha encarcelado de por vida en granjas industriales oscuras y frías. En este Club pretendo hacerles un hueco con respeto y admiracón para no verlos únicamente como trozos de carne. Los animales no son objetos, son nuestros compañeros de planeta. Les debemos ante todo un lugar digno en el mundo. Creo fervientemente que los animales son únicos y bellos, y que sin ellos el mundo sería realmente un lugar triste y sinsentido. Siempre he soñado un mundo diferente también para ellos; los eternos olvidados.
Para hacer la marca de mi Club encontré por azar a un artista nacido en brasil de lo más original: FLAVIO MORAIS. Enseguida me gustó su manera de ver el mundo, su mensaje, su color, sus obras de arte de madera, y toda la creatividad que desbordan sus obras.
Y así, poco a poco, le voy dando forma a un proyecto que conecta con el mundo, con la vida, con el respeto, con las ideas libres. Porque... "...el mejor camino hacia la libertad es el arte".
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